Constituye uno de los parques nacionales más populares de Colombia, abrazado a la costa del Caribe, al pie de la Sierra Nevada de Santa Marta. Se extiende por el litoral desde la bahía de Taganga, en las proximidades de Santa Marta, hasta la desembocadura del río Piedras, 35 km al este, y abarca unas 12 000 Ha de territorio y 3000 Ha de mar.
El paisaje cambia, desde las playas de arena a lo largo de la costa al norte, hasta la selva tropical a una altitud de 900 m en su límite sur. El extremo más occidental es árido, con colinas de color marrón claro y especies de plantas xerofíticas como el cactus. Las zonas central y oriental son más húmedas y verdes, y se hallan en gran parte cubiertas de selva tropical; mayo y junio y el período comprendido entre septiembre y noviembre son los meses más húmedos. Al menos 56 especies amenazadas viven en este territorio, aunque la mayoría de ellas se ocultan en lo más profundo del bosque.
La región siempre ha pertenecido a la cultura de los tayronas, y en el parque se han hallado diversos restos arqueológicos; los de mayor relevancia son las ruinas de la ciudad prehispánica de Pueblito (denominada Chairama en el idioma indígena), considerado uno de sus principales asentamientos. Aquí fueron descubiertos los restos de más de quinientas viviendas, que según parece pudieron llegar a albergar hasta cuatro mil habitantes en su momento de máximo esplendor.
Para muchos viajeros (demasiados en temporada alta), el mayor atractivo del parque son sus playas, situadas en profundas bahías y a la sombra de cocoteros. Las fuertes corrientes desaconsejan la natación en muchas de ellas, aunque dicha práctica es posible en unas pocas elegidas, donde también es popular el buceo. Las playas de Tayrona se encuentran entre las más pintorescas de la costa colombiana, y algunas están bordeadas por arrecifes de coral que proporcionan buenas oportunidades de buceo y buceo con tubo. En el parque se puede alquilar el equipo si el viajero no lo trae consigo desde Santa Marta. El repelente de mosquitos es esencial y hay que tener cuidado con las serpientes de la zona; en caso de mordedura, en Ecohabs disponen de antídotos, aunque la mayoría de los visitantes no lo sabe. El viajero no debe permitir ser trasladado a Santa Marta.
Alrededor del 95% de Tayrona es de propiedad privada y el parque está gestionado por Aviatur, empresa concesionaria muy eficaz a la hora de construir alojamientos de lujo, pero cuyo trabajo de mantenimiento de los senderos es bastante deficiente.
Hay algo importante que el viajero debe recordar: la temporada alta del 2009 experimentó un flujo de turistas tan grande que la capacidad del parque para atender visitantes se desbordó, lo que provocó su masificación, un mantenimiento insuficiente de los senderos, malas condiciones sanitarias en los baños y agotadoras esperas para la comida y los servicios. Conviene procurar realizar la visita en temporada baja o resignarse a que gran parte de los encantos de Tayrona se pierdan en la multitud.
Taganga es fácilmente accesible; hay frecuentes microbuses (1500 COP, 15 min) desde carrera 1C y carrera 5, en Santa Marta. Un taxi cuesta unos 10.000 COP. También se puede llegar en barco directamente desde la localidad de Cabo San Juan de la Guía, en el Parque Nacional Natural de Tayrona por 40 000 COP apx; es mucho mejor que hacer el recorrido a la inversa
Playas, manglares, coralinos y arrecifes hacen parte del paisaje selvático que adorna el Parque Nacional Natural Tayrona, uno de los mayores atractivos que tiene Santa Marta. Esta reserva natural de aguas cristalinas, arena blanca y amaneceres surreales es considerada como una de las bahías más hermosas de América, un sitio apacible e ideal, lleno de un encanto natural, donde confluye el sonido del mar y el aire puro de las montañas de Santa Marta.
Las estribaciones de la Sierra Nevada de Santa Marta, la montaña costera más alta del mundo, se hunden en el mar como los dedos de una mano gigantesca entre los que se forman bahías y ensenadas de belleza singular: Chengue, Gayraca, Cinto, Neguanje, Concha, Guachaquita, con sus playas de arenas blancas delimitadas por atolones rocosos, manglares, matorrales o bosques, y bañadas todas por las aguas azules y cristalinas del mar Caribe, hacen parte de los muchos atractivos que ofrece el Parque Nacional Natural Tayrona.
Para quienes buscan la contemplación y el descanso, el Tayrona ofrece magníficas playas y el relajante panorama de un mar intensamente azul. Quienes se sienten atraídos por actividades más emocionantes y variadas podrán disfrutar de caminatas, recorridos a caballo, natación, careteo y buceo autónomo. El parque Tayrona posee también vestigios arqueológicos de una antigua ciudad del pueblo Tayrona.
El Parque Tayrona se encuentra a tan sólo 5 minutos en coche de Santa Marta por la entrada de El Zaino. La entrada al parque tiene un coste de 44,500 pesos para extranjeros, 17,000 para colombianos y 9,000 pesos para niño
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