Esta técnica artesanal, transmitida de generación en generación, es única en el mundo por su proceso de elaboración y la belleza de sus resultados. El mopa-mopa, una resina extraída de las yemas de un árbol nativo de las selvas del Putumayo, es la base de este arte que combina tradición, creatividad y destreza manual.
En el piedemonte Andino-Amazónico de los departamentos del Putumayo, Caquetá y Nariño se encuentra y recolecta los brotes de las hojas del arbusto llamado el mopa - mopa, que solo se encuentra en esta región Amazónica. Para realizar esta técnica única en el mundo y después de recolectar los brotes del mopa - mopa y empacarlos por kilos, los distribuyen a los artesanos.
Desde tiempos precolombinos, las comunidades indígenas como los Pastos y Quillacingas han perfeccionado el uso del mopa-mopa, creando piezas decorativas que capturan la esencia de su cosmovisión y relación con la naturaleza. El proceso de estirar, teñir, aplicar y pulir esta resina para cubrir objetos de madera y metal, da como resultado piezas de una belleza excepcional, adornadas con complejos patrones y colores vibrantes.
El Barniz de Pasto no solo es un arte decorativo, sino también un símbolo de resistencia cultural, que ha sobrevivido a través de los siglos gracias al esfuerzo de los artesanos que mantienen viva esta tradición. Reconocido como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, el Barniz de Pasto Mopa-Mopa es un testimonio vivo de la riqueza cultural de Colombia y de la habilidad artesanal de sus pueblos.
El Barniz de Pasto Mopa-Mopa es una joya artesanal de Colombia, que tiene sus raíces en las culturas indígenas de la región de Nariño. Esta técnica milenaria, practicada especialmente por los pueblos Pasto y Quillacinga, ha sido transmitida a través de generaciones, conservando su autenticidad y valor cultural. El barniz es famoso por su proceso de elaboración meticuloso y los resultados vibrantes que adornan diversos objetos decorativos y utilitarios.
El material principal, el mopa-mopa, es una resina que se obtiene de las yemas de un árbol (Elaeagia pastoensis) que crece en las selvas del Putumayo y Nariño. Esta planta es nativa de la región y su recolección es un proceso que requiere conocimientos específicos sobre el ciclo natural del árbol y las técnicas para extraer la resina sin dañar la planta. Los artesanos hierben las yemas para extraer la resina, la cual se convierte en una masa maleable que luego es trabajada para crear las láminas de barniz.
La elaboración del Barniz de Pasto es un proceso complejo que combina varias técnicas tradicionales:
La resina extraída del mopa-mopa se estira hasta formar finas láminas. Este paso requiere precisión y destreza para asegurar que las láminas sean lo suficientemente delgadas y uniformes. Luego, las láminas se tiñen utilizando colorantes naturales, que se obtienen de plantas, minerales y otros recursos naturales. El resultado es una paleta de colores vivos que es característica del Barniz de Pasto.
Una vez teñidas, las láminas se cortan en pequeños trozos según el diseño deseado. Estos trozos se aplican cuidadosamente sobre superficies de madera, metal u otros materiales. La colocación es un proceso minucioso, que requiere paciencia y precisión, ya que cada pieza debe encajar perfectamente en el diseño global.
Después de aplicar las láminas de barniz, la superficie se pule para darle un acabado brillante y liso. Este paso final no solo resalta los colores, sino que también protege el diseño, asegurando su durabilidad. El pulido se realiza tradicionalmente con herramientas simples, como piedras, que permiten un acabado natural y orgánico.
El Barniz de Pasto se utiliza principalmente en la creación de objetos decorativos como cofres, cajas, bandejas, marcos de espejos y cuadros, entre otros. Cada pieza es única, con diseños que reflejan la naturaleza, la cosmovisión indígena, y la rica herencia cultural de la región. En años recientes, los artesanos han comenzado a adaptar esta técnica a nuevos productos, como joyas y accesorios, expandiendo el alcance de este arte a nuevos mercados.
En 2020, el Barniz de Pasto Mopa-Mopa fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la UNESCO, reconociendo no solo su valor estético, sino también su importancia como expresión de la identidad cultural de Nariño. La conservación de esta técnica es crucial para mantener viva una tradición que ha resistido el paso del tiempo y las influencias externas, permaneciendo como un símbolo de la creatividad y resistencia de los pueblos indígenas de Colombia.
A pesar de su reconocimiento, el Barniz de Pasto enfrenta desafíos, como la sobreexplotación de la planta mopa-mopa y la disminución del número de artesanos que practican esta técnica. La transmisión de conocimientos a las nuevas generaciones y la adopción de prácticas sostenibles en la recolección del mopa-mopa son esenciales para garantizar la continuidad de este arte.
El Barniz de Pasto Mopa-Mopa no es solo una técnica decorativa, sino un legado cultural que encapsula siglos de historia, saberes ancestrales y un profundo respeto por la naturaleza. Conocer y valorar este arte es una manera de contribuir a su preservación y a la difusión de una de las expresiones más emblemáticas de la riqueza cultural colombiana.
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