Se sabe que la construcción de templos y conventos en Cartagena fue obra de un reducido grupo de personas, por su unidad estética que predomina en la arquitectura civil de toda la cuidad. De hecho, es muy posible que las mismas manos hayan construido los claustros de La Popa, San Francisco, Santa Teresa, San Agustín, San Diego, La Merced y Santa Clara. Solamente se apartan de esta noción del claustro típico cartagenero los edificios de la Compañía de Jesús (San Pedro Claver) y Santo Domingo.
Tanto la iglesia como el monasterio fueron construidos a principios del siglo XVII por religiosos de la Comunidad Jesuíta, por esta razón fue llamado antiguamente 'Iglesia de San Ignacio de Loyola'.
Su nombre actual es un merecido homenaje a San Pedro Claver, varón español cuya magnífica obra fue luchar por los desvalidos y los oprimidos. Él dio el paso más importante por la liberación definitiva de los esclavos, por lo que se le llamó el Apóstol de los negros.
El santo, cuyos restos se conservan en una urna de la parte inferior del altar mayor, vivió y murió en el convento contiguo a la iglesia, y en su habitación, situada en el descanso de la escalera de piedra que conduce al convento, se erigió una capilla. Existe un importante museo arqueológico.
En 1888 la iglesia fue restaurada, y en 1921 se le adicionó la actual cúpula, obra del arquitecto francés Gastón Lelarge.
Es el templo más antiguo de Cartagena. Su construcción se inició a finales del siglo XVI, y tuvo que superar cinco etapas para su conclusión. Los estribos que sobresalen en la calle fueron realizados al haber cedido los muros originales. Su torre está ligeramente torcida y, al igual que algunas iglesias de su época, tiene el ábside fortificado.
El altar, de estilo barroco, tiene una imagen de Cristo tallada en madera a mediados del siglo pasado, llamada el Cristo de la exhalación; y una imagen de la Virgen cuya corona es de oro y esmeraldas. El arco, que se apoya en dos columnas y sostiene el coro, es famoso entre los arquitectos del mundo por ser casi recto.
Fue utilizado como alojamiento temporal de los primeros inquisidores antes de comenzar a operar el tribunal en el panteón en que se instaló definitivamente. En la esquina vecina está situada la iglesia de la Tercera Orden, donde los militares recibían sepultura.
Situada a un lado de el Camellón de los Martires. Por estar tan cerca del Centro de Convenciones, el convento o la iglesia de San Francisco es ahora un pequeño centro comercial donde se realizan muchas actividades teniendo en cuenta su localizacion en Getsemani.
La construcción de este convento o monasterio fue realizada en 1555 por Fray Pedro de la Iglesia, pero en 1559, los piratas franceses la destruyeron y entonces fue abandonada por los religiosos.
Sólo en 1560 fue que lograron terminar este convento. Este lugar fue un vínculo también de los inquisidores que llegaron a Cartagena en 1610
Esquina del Parque Fernández Madrid. Tiene características de ermita, con varios retablos de la época y un bonito altar.
Es otra auténtica muestra de la arquitectura colonial aplicada en los templos religiosos del siglo XVIII. Aunque de pequeña proporciones, es acogedora y bella en su interior, donde se destaca el hermoso trabajo artesanal del altar mayor, tallado en laca negra y recubierta en lámina de oro. Fue la última iglesia en levantarse durante la época colonial. Su obra se debe al obispo de la ciudad, don Gregorio de Molledo y Clarque.
En el templo también se encuentra una pieza muy peculiar almacenada en una urna cubierta con un vidrio. Se trata de la bala que fue lanzada durante el ataque del almirante Vernon al interior del templo, cuando se celebraba la misa del 27 de abril de 1741, día de Santo Toribio Alonso de Mogrovejo. La bala cayó en medio de los asistentes pero no causo heridos ni daños por lo cual fue considerado un hecho divino por los creyentes. Por ello, la bala se conserva como memoria del milagro que Dios hizo allí.
Templo muy antiguo, situado en la calle de la media luna en el popular y antiguo barrio de Getsemaní.
Todo indica que el motivo que dio origen a la fundación de la Ermita de San Roque de Cartagena, fue una epidemia de peste que asoló a la ciudad a mediados del siglo XVII; La incapacidad de controlar la epidemia y la fe cristiana católica condujeron al Cabildo de la ciudad a construir un complejo conformado por una ermita y un hospital, dedicado a San Roque, las obras del hospital del Espíritu Santo y de la Ermita de San Roque empezaron en 1654, pero debido a rumores de que el proyecto de edificar el hospital solo buscaba el beneficio de algunos religiosos la corona española a través de orden real suspendió las obras dos años después de iniciadas.
Se localiza en el propio centro del sector de Getsemaní en la plaza que lleva su mismo nombre. Su construcción se dio hacia el año 1600, con el argumento de la necesidad de una iglesia que estuviera más cerca a los gemanicences, que por vivir fuera de la ciudad amurallada, estaban alejados de la Catedral y de las bendiciones de la iglesia católica.
Inspirado en la Catedral, es el segundo templo más antiguo de Cartagena y está dedicado a la Santísima Trinidad, por eso, guarda similitud arquitectónica con esta. Su exterior sencillo oculta sus fascinantes columnas interiores y la ornamentación con artesonados estilo mudéjar en el presbiterio. Sin duda alguna otro de los templos que debes conocer cuando visitas Cartagena.
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