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Chiribiquete es la máxima maravilla natural de Colombia. Una mega reserva como esta, en el extremo noroccidental de la Cuenca Amazónica, contribuye a mantener los componentes físicos y bióticos de la región que son el resultado de procesos evolutivos, biogeográficos y ecológicos, los cuales involucran áreas del Escudo Guyanés (Caquetá), el bacín amazónico (Caquetá, Putumayo y Amazonas) y el piedemonte andino (Putumayo y Caquetá), y cuya combinación de los anteriores eventos y sus particularidades permiten que la región reúna las condiciones para ser una de las áreas con alta diversidad biológica del planeta.
Se encuentra ubicado entre los departamentos de Caquetá y Guaviare, en la jurisdicción de los municipios de San Vicente del Caguán y Puerto Solano, departamento del Caquetá y San José del Guaviare, departamento del Guaviare.
Cartagena del Chairá, San Vicente del Caguán y Solano en Caquetá, y Miraflores, Araracuara, Calamar en el Guaviare.
2’782.354 hectáreas.
Alrededor de 26°C al pie de las mesetas. En zonas abiertas podría ser mucho más alta debido al calentamiento de las rocas (alrededor de 32°C).
En las cimas podría ser más baja, especialmente al amanecer, debido a la condensación de la humedad atmosférica (alrededor de 20°C).
Entre diciembre y febrero y entre agosto y septiembre.
Se estima una mayor pluviosidad entre marzo y julio y entre octubre y diciembre.
4.000 mm anuales.
Para llegar al lado norte del macizo se debe remontar el río Apaporis, hasta la confluencia de los ríos Macayá y Ajajú.
Para entrar por el sur, a partir de Araracuara se navega por los ríos Yarí y Mesay. Eventualmente, también por el río Cuñaré. El recorrido toma dos días.
El Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete fue reservado, alinderado y declarado mediante Acuerdo No. 0045 del 21 de septiembre de 1989, de la Junta Directiva del Instituto Nacional de los Recursos Naturales Renovables y del Ambiente -Inderena-, con un área aproximada de 1’298.955 Ha, en los departamentos del Guaviare y Caquetá, y aprobado mediante Resolución Ejecutiva No. 120 del 21 de septiembre de 1989, expedida por el Ministerio de Agricultura. Recientemente, mediante Resolución No. 1038 del 21 de agosto de 2013, expedida por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, se amplió hacia los municipios de Cartagena del Chairá, San Vicente del Caguán y Solano en Caquetá, y Calamar en el Guaviare, en una extensión aproximada de 1’483.399 Ha, para un total aproximado de 2’782.354 Ha, siendo así el área protegida más grande del Sistema de Parques Naturales Nacionales y del Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Colombia.
Una mega reserva como esta, en el extremo noroccidental de la Cuenca Amazónica, contribuye a mantener los componentes físicos y bióticos de la región que son el resultado de procesos evolutivos, biogeográficos y ecológicos, los cuales involucran áreas del Escudo Guyanés (Caquetá), el bacín amazónico (Caquetá, Putumayo y Amazonas) y el piedemonte andino (Putumayo y Caquetá), y cuya combinación de los anteriores eventos y sus particularidades permiten que la región reúna las condiciones para ser una de las áreas con alta diversidad biológica del planeta.
El Parque Nacional Natural Serranía de Chiribiquete, junto con el Parque Nacional Natural Yaigojé Apaporis, propende por la protección de un área continua incluida en tres distritos biogeográficos y en cuatro centros de endemismo pertenecientes a las Provincias biogeográficas de la Guyana y la Amazonia. El sector occidental del área protegida forma parte del centro de endemismo del Caguán y del centro de endemismo del Guaviare. Los sectores sur y suroriental están dentro del centro de endemismo Mesay-Mirití, junto con la zona sur del Parque Nacional Natural Yaigoje Apaporis y los resguardos del Mirití y el Nonuya-Villazul; mientras que la zona norte del Parque Nacional Natural Yaigoje Apaporis pertenece al centro de endemismo del Vaupés. Adicionalmente, la Serranía de Chiribiquete está inserta en el centro de endemismo de Chiribiquete.
Los tepuyes, sin duda el elemento de mayor belleza e imponencia del parque, son montañas tabulares o mesetas de paredes verticales y cumbres completamente planas. Seis de ellos alcanzan más de 1.000 metros de altura. Algunos poseen rara vegetación dispuesta en líneas circulares u ovoides que siguen complejas fuerzas telúricas. Los ríos que corren por la Serranía son de color negro brillante y aguas muy puras. Dicho color se debe a los ácidos húmico, fúlvico y al tanino, aunque en algunos sectores el negro se colorea de rojo o de naranja fuerte. El río más importante de la reserva el sin duda el Yarí, el cual recibe todas las aguas del interior de la serranía, y uno de cuyos raudales es el de la Gamitana.
Mientras en algunas zonas los árboles alcanzan alturas superiores a los 40 metros, en otras predominan los “caatingales”o suelos de arenas blancas y pobres en nutrientes en los que crece una vegetación rala y baja. Entre los árboles sobresalen el guamo, el arenillo, el caimarón, el dormilón, el cabo de hacha y el capinurí. El parque hace de área de distribución de mamíferos como murciélagos, armadillos, ñeques, cerrillos, borugos, varias especies de micos, pumas, tigrillos, perros de agua y el raro caimán conocido como “babilla del Apaporis”.
Entre las aves sobresalen el gallito de roca, el guácharo, las guacamayas, los barranqueros y los martines pescadores.
La región fue explorada comienzos del siglo XIX, hacia 1810, por Karl Friedrich von Martius, quien conoció a los indígenas karijonas y escribió sobre sus costumbres. En 1903 Theodor Koch-berg también hizo contacto con ellos y observó cómo eran víctimas del maltrato de los caucheros. Los karijonas, que tenían la rara costumbre de colocarse fajas muy ceñidas alrededor del tórax y el estómago, están hoy extinguidos; dejaron, eso sí, muchas pictografias de colores rojos y ocres en las paredes de los tepuyes.
No hay ningún tipo de infraestructura. La Fundación Biológica Puerto Rastrojo tiene una estación biológica "Puerto Abeja" en inmediaciones del límite sur del parque, cerca del raudal Jacameyá del río Mesay.
El área ha sido muy poco explorada y no existen rutas comerciales que viajen hasta ella. Si se planea hacer un viaje deben llevarse todas las provisiones, así como contratar embarcación y guías. El paso a través de los raudales puede ser peligroso. Hay ocasiones en que es necesario bajarse de la embarcación y transportar la carga por los 'varaderos", hasta donde el río sea navegable nuevamente. Y no olvide no deje basura y no contamine las fuentes de agua así como no destruya la naturaleza.